La interpretación de los hechos sucedidos se aterriza a los intereses económicos de cada una de las partes:
1º Los dueños de las Salitreras no querían perder dinero y querían seguir enriqueciéndose a costa del trabajo sacrificado de los obreros. No tenían interés alguno en mejorar las condiciones laborales de sus trabajadores y lo único que querían luego de las protestas era la reanudación de las faenas para seguir produciendo dinero.
2º El Estado Chileno se mantenía al margen de la situación obrera, ya que no le convenía enemistarse con los productores de la “base de su economía” que era el salitre. Por lo mismo no intercede por los trabajadores sino que por los dueños de las minas al obligar a los manifestantes a retirarse de la Escuela de Santa María.
3º Los manifestantes, hartos de ser explotados deciden realizar una huelga con muchos fundamentos que hoy encontramos “minimamente necesarios” para un trabajo digno y seguro.
Otra interpretación que puede hacerse de los hechos, es que el panorama chileno no ha cambiado mucho en los 100 años posteriores, es decir, la clase obrera o clase media no deja de ser explotada, ya que todos viven por un sueldo y dependen de él, puesto que deben pagar sus cuentas a la tiendas comerciales o a las empresas extranjeras que tienen el mercado de los servicios básicos, es decir, se sigue pagando con el esfuerzo a los extranjeros y a los dueños de las tiendas comerciales que muchas veces son dueños de cadenas multinacionales, por lo que volvemos a la hegemonía del mercado.
A raíz de lo mismo, puede interpretarse que los trabajadores actuales, siguen estando desprotegidos por el estado, ya que éste no interviene en la oferta y demanda de los productores, y tampoco en el trabajo. Los grandes empresarios siguen ganando millones y enriqueciéndose día a día, en cambio los trabajadores deben quedar felices con un sueldo mínimo que alcanza para pagar lo que deben.
1º Los dueños de las Salitreras no querían perder dinero y querían seguir enriqueciéndose a costa del trabajo sacrificado de los obreros. No tenían interés alguno en mejorar las condiciones laborales de sus trabajadores y lo único que querían luego de las protestas era la reanudación de las faenas para seguir produciendo dinero.
2º El Estado Chileno se mantenía al margen de la situación obrera, ya que no le convenía enemistarse con los productores de la “base de su economía” que era el salitre. Por lo mismo no intercede por los trabajadores sino que por los dueños de las minas al obligar a los manifestantes a retirarse de la Escuela de Santa María.
3º Los manifestantes, hartos de ser explotados deciden realizar una huelga con muchos fundamentos que hoy encontramos “minimamente necesarios” para un trabajo digno y seguro.
Otra interpretación que puede hacerse de los hechos, es que el panorama chileno no ha cambiado mucho en los 100 años posteriores, es decir, la clase obrera o clase media no deja de ser explotada, ya que todos viven por un sueldo y dependen de él, puesto que deben pagar sus cuentas a la tiendas comerciales o a las empresas extranjeras que tienen el mercado de los servicios básicos, es decir, se sigue pagando con el esfuerzo a los extranjeros y a los dueños de las tiendas comerciales que muchas veces son dueños de cadenas multinacionales, por lo que volvemos a la hegemonía del mercado.
A raíz de lo mismo, puede interpretarse que los trabajadores actuales, siguen estando desprotegidos por el estado, ya que éste no interviene en la oferta y demanda de los productores, y tampoco en el trabajo. Los grandes empresarios siguen ganando millones y enriqueciéndose día a día, en cambio los trabajadores deben quedar felices con un sueldo mínimo que alcanza para pagar lo que deben.
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